sábado, 26 de abril de 2008

Recuerdo


Tengo un lugar para ti

un rincón, un jardín

repleto de flores extrañas

de aromas y penumbra

donde estás desnudo

sin nada

que te vista ni te encierre

solo tú

y yo

deslizándome en tus brazos

como lo hacen en las ramas

las serpientes venenosas,

ahuyentando aves raras,

lamiendo tu cuello

susurrando,

sin morderte,

cuanto te quiero

cuanto

cuanto te quiero.
La imagen de nuevo es del artista Dean Keefer, cuya página web http://deankeefer.com recomiendo a todos los amantes de la fotografía y la belleza.

sábado, 19 de abril de 2008

Desconocido



Te aguardo a ti,
desconocido,
a tu mirada oscura
cargada de promesas,
a tu abrazo cálido
y tus besos pausados;
cuando estes delante
reconoceré tu voz entre la gente
como tu distinguirás
el sonido de mis pasos,
y desde el principio
todo sonará
como una melodía
recordada y amada:
sin esfuerzo pondré
mis manos en tus hombros,
sin querer atraerás
mi cintura a tu cintura
y paso a paso
descubriremos la danza
que, desde el principio,
se creó para nosotros.

domingo, 13 de abril de 2008

Tiempo




Tiempo
de olvidar,
para curar,
para lamerse las heridas,
levantarse y caminar.
Tiempo
de volver la vista atrás
por si acaso decidías
correr en pos de mi...
Tiempo
que me daba
por si acaso yo de pronto
pensaba en calcular
cuanto tiempo llevaría
desandar lo recorrido y volver a caminar
tras la estela de tus pasos.
Tiempo,
tiempo recordando
tu cuerpo sobre el mio,
extrañando en torno a mi
la fuerza de tu abrazo.
Tiempo de creer
que creías mis palabras
al decirte que te amaba.
Tiempo
perdido, robado
vacío, pasado...
Tiempo tratando
inutilmente de evitar
que tu, sin quererlo ni pensarlo,
sigas contando con tanta,
tanta parte de mi tiempo.
Fotografía de Dean Keefer ( siempre que es posible menciono la fuente, por desgracia no figura con mucha frecuencia )

domingo, 6 de abril de 2008

La despiadada indeferencia



Todavía más
que al dolor de la pérdida
y la angustia de la ausencia,
temo a la despiadada indeferencia
que el tiempo dejará en nuestra alma,
cuando igual que el mar come a la roca,
el paso de los días
coma nuestro sentimiento
y un día cese el dolor,
y otro deje de extrañarte,
y otro sólo te piense una vez,
y otro no llegue ni a pensarte,
hasta que llegue el momento en que,
gracias a la despiadada indeferencia
que el tiempo nos impone,
descubramos que
todo lo que hubo una vez
y todo lo perdido
ha dejado de importarnos.